NOVENA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Recitada diariamente por San Pío de Pietrelchina por todos aquellos que le solicitaban sus oraciones

1.-
Oh Jesús mío, habéis dicho: “En verdad os digo, pedid y recibiréis;
buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá.”
He aquí que llamo busco y pido la gracia de.......................
Padre Nuestro, Ave María, Gloria al Padre, etc. Sagrado Corazón de Jesús en Vos confío.
2.-
Oh Jesús mío, habéis dicho: “En verdad os digo, lo que se pidiese a Mi
Padre en Mi Nombre, EL lo dará a vosotros.”
He aquí que en vuestro nombre, le pido al Padre Celestial la gracia de............................
Padre Nuestro, Ave Maria, Gloria al Padre, etc. Sagrado Corazón de Jesús en Vos confío.
3.-
Oh Jesús mío, habéis dicho: “ En verdad os digo, que el cielo y la
tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán jamás.”
He aquí que, animado por Vuestra infalibles palabras, ahora pido la gracia de............
Padre Nuestro, Ave Mará, Gloria al Padre, etc. Sagrado Corazón de Jesús en Vos confío.
Oh!
Sagrado Corazón de Jesús, solamente una cosa se os ha de ser imposible y
eso consiste en no tener compasión de los afligidos. Te piedad de
nosotros miserables pecadores y conceded la gracia que os pedimos,
mediante el Doloroso e Inmaculado Corazón de María, Vuestra tierna
Madre, y nuestra Madre compasiva.
Rezad “La Salve” y añádase la siguiente jaculatoria: San José, Padre Guardián de Jesús, rogad por nosotros.
NOVENA AL SAGRADO CORAZON
Oh Señor Jesús,
a tu Sagrado Corazón
yo confío esta intención............
Solo mírame,
entonces has conmigo
lo que tu Corazón indique.
Deja que tu Sagrado Corazón decida...
Yo confío en ti...
Me abandono en tu Misericordia,
Señor Jesús! Ella no me fallará.
Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío.
Sagrado Corazón de Jesús,
creo en tu amor por mi.
Sagrado Corazón de Jesús,
que venga tu Reino.
Oh Sagrado Corazón de Jesús,
te he pedido por tantos favores,
pero con ansias te imploro por esta petición.
Tómala, ponla en tu abierto y roto corazón,
y cuando el Padre Eterno la mire,
cubierta por tu Preciosa Sangre,
no podrá rehusarla.
Ya no sera mas mi oración,
sino la tuya, Oh Jesús.
Oh Sagrado Corazón de Jesús,
pongo toda mi confianza en Ti.
Nunca permitas que me confunda...
Amén
NOVENA AL SAGRADO CORAZÓN
Jesús,
Tú dijiste: Pidan y recibirán, busquen y hallarán, llamen y se les
abrirá. Aquí estoy de rodillas delante de Ti, lleno de fe viva y
confianza
en las promesas que hizo tu Sagrado Corazón a Santa Margarita María. Vengo a pedirte esta gracia (Mencione el favor que desea).
Amadísimo Jesús, creo firmemente que me puedes conceder la gracia que te pido, aunque sea preciso un milagro.
Si Tú quieres se cumplirá mi deseo. Reconozco que soy muy indigno de tus favores, pero eso no me quita la confianza en Ti.
Tú
eres Dios misericordioso, que no rechaza mi corazón contrito. Tiende
sobre mí tu mirada de misericordia, te suplico, y tu bondadoso Corazón
hallará en mis miserias y debilidades motivo para concederme lo que
pido. Sagrado Corazón, cualquiera que sea tu decisión sobre lo que pido,
nunca dejaré de amarte, alabarte y servirte.
Muéstrate propicio,
Jesús, y acepta este acto de perfecta sumisión a los designios de tu
adorable Corazón, designios que sinceramente deseo se cumplan en mí y en
todas las criaturas por siempre.Concédeme la gracia que te pido
humildemente por intercesión del Inmaculado Corazón de tu Madre
Dolorosa. Me has confiado a ella como hijo suyo
y sus oraciones lo pueden todo contigo. Amén.
EL DETENTE o SALVAGUARDIA DEL SAGRADO CORAZÓN
Por SCTJM
El
"detente" es un pequeño emblema que se lleva sobre el pecho, con la
imagen del Sagrado Corazón. Es propio de quien ama llevar consigo un
signo de su amado, así el "detente" es signo de nuestro amor al Sagrado
Corazón de Jesús y de nuestra confianza en su protección contra las
acechanzas del maligno. Le decimos "detente", en nombre de Jesús, al
demonio y a toda maldad. Se le conoce también como el “Pequeño
Escapulario del Sagrado Corazón”, aunque no es, en el sentido estricto
de la palabra, un escapulario.
Origen: Proviene de Santa
Margarita María Alacoque, como lo atestigua una carta dirigida por ella a
la Madre Saumaise el 2 de Marzo de 1686 en la que le dice: “Él (Jesús)
desea que usted mande a hacer unas placas de cobre con la imagen de su
Sagrado Corazón para que todos aquellos que quisieran ofrecerle un
homenaje las pongan en sus casas, y unas pequeñas para llevarlas
puestas.” (Vida y Obras, vol. II, p.306, nota). Ella misma llevaba una
sobre su pecho, debajo del hábito e invitaba a sus novicias a hacer lo
mismo. Hizo muchas de estas imágenes y recomendaba que su uso era muy
agradable al Sagrado Corazón.
El detente y la plaga de Marsellas
Fue
especialmente en el año 1720, durante una terrible plaga en Marsellas,
Francia (Cf. Hamon, op.cit., vol. III, p. 431) que este pequeño
escapulario, o como se le llamó “Salvaguardia,” se difundió entre todos
los fieles. Este “Detente” consistía en un pedazo de tela blanca en la
cual la imagen del Sagrado Corazón era bordada, con la leyenda “Oh
Corazón de Jesús, abismo de amor y misericordia, en ti confío” (Las
palabras: “Detente, el Corazón de Jesús está aquí” corresponden a un
período posterior. Hamon, ibid.,Nota).
La forma que hoy tiene el
detente fue dada por la Venerable Ana Magdalena Rémuzat, a quien el
Señor le había dejado saber de antemano el daño que iba a causar la
plaga y también el maravilloso auxilio que la ciudad encontraría en la
devoción a Su Sagrado Corazón. Ella hizo, con la ayuda de sus hermanas
en religión, miles de estos emblemas y los repartieron por toda la
ciudad y alrededores. La historia nos relata que poco después la plaga
cesó. (Cf. Hamon, op. cit., vol III, p.425; Beringer, op. cit., vol I,
n. 953, p. 520).
Entre los regalos que el Papa Bendicto XIV, en
el 1748, envió a la princesa Polaca Mary Lczinska con la ocasión de su
matrimonio con el Rey de Francia Luis XV, habían, de acuerdo a las
memorias de ese tiempo, “muchos escudos del Sagrado Corazón hechos de
taffeta roja y bordados en oro.” (De Franciosi, s.j., La dévotion au
Sacré-Coeur de Jésus, p. 289).
En el tiempo de la Revolución
Francesa se desató una violenta persecución contra la Iglesia. Estos
escapularios se tuvieron por “la manifestación viva del fanatismo” y
como evidencia de hostilidad al régimen revolucionario. Durante el
juicio de la reina María Antonieta, se produjo en su contra, como
evidencia, un pedazo de papel muy fino que se encontró entre sus
pertenencias, en el que la imagen del Sagrado Corazón estaba dibujada,
con la llaga, la cruz y la corona de espinas, y con la leyenda: “Sagrado
Corazón de Jesús, ten misericordia de nosotros.” (Ibid., p. 290).
El
uso del detente se extendió grandemente, especialmente desde el 1866,
durante los estragos producidos por la epidemia del cólera de Amiens,
Roubaix, Cairo y otras partes. Su influencia beneficiosa se hizo
evidente. Después de la guerra Franco-Alemana los “Salvaguardia”
probaron ser en mas de una ocasión, un escudo que protegió a muchos
soldados franceses de las balas enemigas. (Cf. Messager du Coeur de
Jésus, vol. XIX, p. 180).
Indulgencia
El
Papa Pío IX le concedió en el año 1872, una indulgencia de 100 días una
vez al día a todos los fieles que usaran alrededor de sus cuellos este
emblema piadoso y rezaran un Padre Nuestro, Ave María y Gloria. (Preces
et pia opera, n. 219).
En un breve de fecha 20 de Junio de 1873 encontramos la respuesta a dos preguntas en referencia al Detente:
1.
Como no es un escapulario en el sentido estricto de la palabra, sino
mas bien un escudo o emblema del Sagrado Corazón, las reglas generales
para el escapulario propiamente llamado, no son aplicable a él. Así que
no necesita ni una bendición especial, ni una ceremonia o inscripción.
Es suficiente con usarlo para que cuelgue en el cuello.
2. La leyenda “Detente, el Corazón de Jesús está aquí” no es requerido.
(Beringer, op. cit., n. 953; Preces et pia opera, n. 219.)

ORACIÓN a JESÚS Crucificado
Rezando
esta oración delante de un crucifijo, después de haber recibido la
Santa Comunión, se gana indulgencia plenaria, con tal que se añada
alguna breve oración,
un Padre Nuestro y un Ave María por la intención del sumo pontífice (Pío IX)
¡Oh!
Mi amado y buen Jesús, postrado en vuestra santísima presencia; os
ruego con el mayor fervor imprimáis en mi corazón vivos sentimientos de
fe, esperanza y caridad, verdadero dolor de mis pecados y propósito
firmísimo de enmendarme; mientras que yo, con todo el amor y con toda la
compasión de mi alma, voy considerando vuestras cinco llagas, teniendo
presente aquello que dijo de Vos, Oh buen Jesús, el Santo Profeta David:
Han taladrado mis manos y mis pies, y se pueden contar todos mis
huesos.
ACTO DE CONFIANZA
¡Oh Corazón de Jesús!
Pongo toda mi confianza en Ti.
De mi debilidad todo lo temo,
pero todo lo espero de tu bondad.
A tu Corazón confío... (petición).
¡Jesús mío!, yo cuento contigo,
me fío de Ti, descanso en Ti.
¡Estoy seguro en tu Corazón!
ACTO DE DESAGRAVIO DE S.S. PÍO XI
¡Oh
dulcísimo Jesús, cuyo inmenso amor a los hombres no ha recibido en
pago, de los ingratos, más que olvido, negligencia y menosprecio! Vednos
postrados ante vuestro altar, para reparar, con especiales homenajes de
honor, la frialdad indigna de los hombres y las injurias con que, en
todas partes, hieren vuestro amantísimo Corazón.
Mas recordando
que también nosotros alguna vez nos manchamos con tal indignidad de la
cual nos dolemos ahora vivamente, deseamos, ante todo, obtener para
nuestras almas vuestra divina misericordia, dispuestos a reparar, con
voluntaria expiación, no sólo nuestros propios pecados, sino también los
de aquellos que, alejados del camino de la salvación y obstinados en su
infidelidad, o no quieren seguiros como a Pastor y Guía, o, conculcando
las promesas del Bautismo, han sacudido el suavísimo yugo de vuestra
ley.
Nosotros queremos expiar tan abominables pecados,
especialmente la inmodestia y la deshonestidad de la vida y de los
vestidos, las innumerables asechanzas tendidas contra las almas
inocentes, la profanación de los días festivos, las execrables injurias
proferidas contra vos y contra vuestros Santos, los insultos dirigidos a
vuestro Vicario y al Orden Sacerdotal, las negligencias y horribles
sacrilegios con que es profanado el mismo Sacramento del amor y, en fin,
los públicos pecados de las naciones que oponen resistencia a los
derechos y al magisterio de la Iglesia por vos fundada.
¡Ojalá
que nos fuese dado lavar tantos crímenes con nuestra propia sangre! Mas,
entretanto, como reparación del honor divino conculcado, uniéndola con
la expiación de la Virgen vuestra Madre, de los Santos y de las almas
buenas, os ofrecemos la satisfacción que vos mismo ofrecisteis un día
sobre la cruz al Eterno Padre y que diariamente se renueva en nuestros
altares, prometiendo de todo corazón que, en cuanto nos sea posible y
mediante el auxilio de vuestra gracia, repararemos los pecados propios y
ajenos y la indiferencia de las almas hacia vuestro amor, oponiendo la
firmeza en la fe, la inocencia de la vida y la observancia perfecta de
la ley evangélica, sobre todo de la caridad, mientras nos esforzamos
además por impedir que seáis injuriado y por atraer a cuantos podamos
para que vayan en vuestro seguimiento.
¡Oh benignísimo Jesús! Por
intercesión de la Santísima Virgen María Reparadora, os suplicamos que
recibáis este voluntario acto de reparación; concedednos que seamos
fieles a vuestros mandatos y a vuestro servicio hasta la muerte y
otorgadnos el don de la perseverancia, con el cual lleguemos felizmente a
la gloria, donde, en unión del Padre y del Espíritu Santo, vivís y
reináis, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN DE ENTREGA
San Ignacio
Tomad, Señor, y recibid
toda mi libertad,
mi memoria,
mi entendimiento
y toda mi voluntad;
todo mi haber y mi poseer.
Vos me disteis,
a Vos, Señor, lo torno.
Todo es Vuestro:
disponed de ello
según Vuestra Voluntad.
Dadme Vuestro Amor y Gracia,
que éstas me bastan. Amén.
ALMA DE CRISTO
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén.
LETANÍAS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
(aprobadas para toda la Iglesia en 1891)
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
(A las siguientes invocaciones se responde:
"TEN PIEDAD DE NOSOTROS")
Dios, Padre Celestial, -...
Dios Hijo, Redentor del mundo, -...
Dios, Espíritu Santo, -...
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios...-
Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre, -...
Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo, ...
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios, ...
Corazón de Jesús, templo santo de Dios, ...
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, ...
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, ...
Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad, ...
Corazón de Jesús, santuario de la justicia y del amor, ...
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, ...
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes,..
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza,...
Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo...
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios...,
Corazón de Jesús, templo santo de Dios,...
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo,...
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo,...
Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad,...
Corazón de Jesús, santuario de la justicia y del amor,...
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor,...
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes,...
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza,...
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones,...
Corazón de Jesús, en quien se hallan todos los tesoros de la sabiduría, y de la ciencia,...
Corazón de Jesús, en quien reside toda la plenitud de la divinidad,...
Corazón de Jesús, en quien el Padre se complace,...
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido, ...
Corazón de Jesús, deseado de los eternos collados, ...
Corazón de Jesús, paciente y lleno de misericordia, ...
Corazón de Jesús, generosos para todos los que te invocan,...
Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad,...
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados,...
Corazón de Jesús, triturado por nuestros pecados,...
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte, ...
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza,...
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo,...
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra,...
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra,...
Corazón de Jesús, víctima por los pecadores, ...
Corazón de Jesús, salvación de los que en ti esperan,...
Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren, ...
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos,...
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
-perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
-ten piedad de nosotros.
Jesús, manso y humilde de Corazón,
-haz nuestro corazón semejante al tuyo.
Oración:
Oh Dios todopoderoso y eterno, mira el Corazón de tu amantísimo Hijo,
las alabanzas y satisfacciones que en nombre de los pecadores te ofrece y
concede el perdón a éstos que piden misericordia en el nombre de tu
mismo Hijo, Jesucristo, el cual vive y reina contigo por los siglos de
los siglos. Amén.
Oración al Corazón Traspasado de Jesús
Oh
mi amadísimo y gentil Jesús, deseo con todos los afectos de mi corazón,
que todas las criaturas te alaben, honren y glorifiquen eternamente por
la sagrada llaga de Tu costado. Yo deposito y encierro en la llaga
abierta de Tu Corazón, mi corazón y todos mis sentimientos,
pensamientos, deseos, intenciones y todas las facultades de mi mente. Te
ruego, por la preciosa Sangre y Agua que brotaron de Vuestro
preciosísimo Corazón, que tomes entera posesión de mi, que me guíes en
todas las cosas. Consúmeme en el fuego ardiente de Tu santo Amor, para
que sea de tal modo absorto y transformado en Ti que ya yo no sea sino
uno Contigo.
(Del libro de San Juan Eudes, El Sagrado Corazón de
Jesús. Esta oración es de Lansperigius "Rosario de la Pasión de Nuestro
Señor," en su trabajo titulado Pharetra divini amoris, libro 1, parte 5)
Oración de unión con el Corazón de Jesús
Oh
Corazón de mi Salvador, digno y dador de todo amor, se Tu el Corazón de
mi corazón, el alma de mi alma, el espíritu de mi espíritu, la vida de
mi vida y el único principio de todos mis pensamientos, palabras y
acciones, de todas las facultades de mi alma y de todos mis sentidos,
tanto internos como externos. Amén.
(De San Juan Eudes, El Sagrado Corazón de Jesús, sexta meditación para la fiesta de Sagrado Corazón

PRIMERA CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN
Sta.Margarita María
Yo,
__________, me doy y consagro al Sagrado Corazon de Nuestro Señor
Jesucristo, mi persona y mi vida, mis oraciones, penas y sufrimientos,
para no querer servirme de ninguna parte de mi ser sino para honrarlo,
amarlo y glorificarlo. Es mi voluntad irrevocable ser toda de El y hacer
todo por su amor, renunciando de todo corazón a todo lo que pueda
disgustarle.
Yo os tomo, pues, Oh Sagrado Corazón, por el único
objeto de mi amor, el protector de mi vida, la seguridad de mi
salvación, el remedio de mi fragilidad y de mi inconstancia, el
reparador de todos los defectos de mi vida, y mi asilo en la hora de mi
muerte.
Sed, por tanto, ¡Oh Corazón de bondad! mi justificación
para con Dios vuestro Padre, y alejad de mi los rayos de su justa
cólera. ¡Oh Corazón de amor! yo pongo toda mi confianza en vos, pues
todo lo temo de mi malicia y de mi debilidad, pero todo espero de
vuestra bondad. ¡Extinguid pues en mí todo lo que os pueda desagradar o
resistir! Que vuestro puro amor os imprima con tanta presteza en mi
corazón que no pueda jamás olvidaros, ni estar separada de vos, a quien
conjuro, por todas vuestras bondades, que mi nombre sea escrito en vos,
pues yo quiero hacer construir mi gloria en vivir y morir en calidad de
esclava vuestra. Amen.
Consagración de la humanidad para el día de Cristo Rey por el Papa Pío XI
Dulcísimo
Jesús, Redentor del género humano! Miradnos humildemente postrados;
vuestros somos y vuestros queremos ser, y a fin de vivir más
estrechamente unidos con Vos, todos y cada uno espontáneamente nos
consagramos en este día a vuestro Sacratísimo Corazón.
Muchos, por
desgracia, jamás, os han conocido; muchos, despreciando vuestros
mandamientos, os han desechado. ¡Oh Jesús benignísimo!, compadeceos de
los unos y de los otros, y atraedlos a todos a vuestro Corazón
Santísimo.
¡Oh Señor! Sed Rey, no sólo de los hijos fieles que jamás
se han alejado de Vos, sino también de los pródigos que os han
abandonado; haced que vuelvan pronto a la Casa Paterna, que no perezcan
de hambre y miseria.
Sed Rey de aquellos que, por seducción del error
o por espíritu de discordia, viven separados de Vos; devolvedlos al
puerto de la verdad y a la unidad de la fe para que en breve se forme un
solo rebaño bajo un solo Pastor.
Sed Rey de los que permanecen
todavía envueltos en las tinieblas de la idolatría; dignaos atraerlos a
todos a la luz de vuestro Reino.
Conceded, ¡oh Señor!, libertad
segura a vuestra Iglesia; otorgad a todos los pueblos la tranquilidad en
el orden; haced que del uno al otro confín de la tierra no resuene sino
esta voz: ¡Alabado sea el Corazón divino, causa de nuestra salud! A Él
se entonen cánticos de honor y de gloria por los siglos de los siglos.
Amén
CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
S.S. Juan Pablo II, 1986 (abreviado)
Señor
Jesucristo, Redentor del género humano, nos dirigimos a tu Sacratísimo
Corazón con humildad y confianza, con reverencia y esperanza, con
profundo deseo de darte gloria, honor y alabanza.
Señor Jesucristo, Salvador del mundo, te damos las gracias por todo lo que eres y todo lo que haces.
Señor
Jesucristo, Hijo de Dios Vivo, te alabamos por el amor que has revelado
a través de Tu Sagrado Corazón, que fue traspasado por nosotros y ha
llegado a ser fuente de nuestra alegría, manantial de nuestra vida
eterna.
Reunidos juntos en Tu nombre, que está por encima de todo
nombre, nos consagramos a tu Sacratísimo Corazón, en el cual habita la
plenitud de la verdad y la caridad.
Al consagrarnos a Ti, los
fieles (persona o de lugar) renovamos nuestro deseo de corresponder con
amor a la rica efusión de tu misericordioso y pleno amor.
Señor
Jesucristo, Rey de Amor y Príncipe de la Paz, reina en nuestros
corazones y en nuestros hogares. Vence todos los poderes del maligno y
llévanos a participar en la victoria de tu Sagrado Corazón.
¡Que
todos proclamemos y demos gloria a Ti, al Padre y al Espíritu Santo,
único Dios que vive y reina por los siglos de los siglos! Amén.
Renovación de la Consagración al Sagrado Corazón
Juan Pablo II, en Quito, Ecuador, 30 enero, 1985
Este es, Señor, vuestro pueblo.
Siempre, Jesús, os reconocerá por su Dios.
No volverá sus ojos a otra estrella,
que a esa de amor y misericordia
que brilla en medio de vuestro pecho.
Sea, pues, Dios nuestro, sea vuestro Corazón
el faro luminoso de nuestra fe,
el áncora segura de nuestra esperanza,
el emblema de nuestras banderas,
el escudo impenetrable de nuestra flaqueza,
la aurora hermosa de una paz imperturbable,
el vínculo estrecho de una concordia santa,
la nube que fecunde nuestros campos,
el sol que alumbra nuestros horizontes,
la vena, en fin, riquísima
de la prosperidad y abundancia que necesitamos.
Y, pues, nos consagramos y entregamos sin reserva
a vuestro Divino Corazón,
multiplicad sin fin los años de nuestra paz.
Desterrad de los confines de la patria
la impiedad y corrupción, la calamidad y la miseria.
Dicte nuestras leyes vuestro Evangelio;
gobierne nuestros tribunales vuestra justicia;
sostengan y dirijan a vuestros gobernantes
vuestra clemencia y fortaleza;
perfeccionen a nuestros sacerdotes
vuestra sabiduría, santidad y celo;
convierta a todos los hijos del Ecuador vuestra gracia
y corónelos en la eternidad vuestra gloria;
para que todos los pueblos y naciones de la tierra,
contemplando la verdadera dicha y ventura del nuestro,
se acojan a su vez a vuestro amante Corazón
y disfruten de la paz que ofrece el mundo
esa fuente pura y símbolo perfecto
de amor y caridad. Amén.